lunes, 10 de julio de 2017

Minas de Montaleón, Orduña, Bizkaia

Será por nuestra vena montañera, pero una de las cosas que más nos gustan es ir en busca de yacimientos que hemos visto nombrados en libros o similares. No siempre es tarea fácil, y eso que las nuevas tecnologías ayudan bastante con todas esas vistas por satélite.


Dolomita, Minas de Montaleón, Orduña, Bizkaia,
Dolomita, Minas de Montaleón, Orduña, Bizkaia,

Sin embargo, en ocasiones no se logra dar a la primera con el lugar indicado, tal y como nos pasó con las antiguas minas de Montaleón, en la ciudad (que no pueblo), de Orduña, Bizkaia. No menos de tres intentos, con otras tantas caminatas por el monte, nos llevó dar con el lugar, medio perdido entre la vegetación y reducido a una pequeña corta al aire libre. También vimos alguna bocamina, pero convertida en estercolero, una pena.

Galena, Montaleón, Orduña, Bizkaia,pieza 5 cm
Galena, Minas de Montaleón, Orduña, Bizkaia,pieza 5 cm

Ya metidos en harina mineralógica, dimos con alguna muestra de galena masiva, y dolomita, en este caso cristalizada, aunque nada del otro mundo.

Dolomita, Minas de Montaleón, Orduña, Bizkaia, pieza 8 cm
Dolomita, Minas de Montaleón,
Orduña, Bizkaia, pieza 8 cm

En una zona con la roca muy alterada hallamos una pequeña geoda de dolomita que nos proporcionó un par de piezas flotantes recubiertas de smithsonita, lo más relevante de nuestras visitas, y que os enseñaremos en la próxima entrada.

2 comentarios :

  1. ¡Qué valientes! Yo ya he tenido suficientes malas experiencias con perros en el monte.
    Enhorabuena por el descubrimiento y por mantener tan viva la llama de la afición.

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    1. Como tú dices, los perros en el monte y sobre todo en las cercanías de caseríos más o menos aislados, suponen a veces un peligro, máxime si vas con la familia. De ahí que a mí me guste llevar siempre mi cachaba de punta de acero, ayuda a mantenerlos a raya, pero del susto no te libra nadie. En este caso reconozco que el primer día pasamos bastante miedo, sobre todo cuando los vimos en el camino. De hecho cuando encontramos la smithsonita, hasta llegar de nuevo al coche no estuvimos tranquilos. Un saludo .

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